La falta de una visión clara, la desalineación estratégica, la microgestión y la débil rendición de cuentas a nivel ejecutivo pueden frenar el progreso y la innovación. Liderazgo y Dirección Estratégica: Una visión clara, la alineación estratégica, la reducción del micromanagement y una rendición de cuentas sólida a nivel ejecutivo impulsan la eficiencia, la innovación, la autonomía del equipo y la confianza en el liderazgo, acelerando así el progreso organizacional.

Un deficiente flujo de información entre los niveles ejecutivos y los equipos crea silos, retrasa decisiones críticas y dificulta la efectividad organizacional. Comunicación y Flujo de Información: La ruptura en la comunicación, la reconstrucción de silos y la reacción tardía se transforman en eficiencia en la comunicación, desmantelamiento de silos de información y respuesta crítica oportuna, lo que mejora la agilidad y la efectividad organizacional.

Roles poco claros, una colaboración insuficiente entre l@s ejecutiv@s senior y la dificultad para integrar diversas perspectivas pueden limitar el potencial de tu equipo. Colaboración e Inclusividad: La confusión de roles, el aislamiento ejecutivo, la ignorancia de la diversidad y la desconexión generacional se convierten en claridad de roles, colaboración ejecutiva, integración de perspectivas diversas e integración generacional, fortaleciendo así la cohesión y efectividad del equipo.

Una gestión ineficaz del cambio, el acaparamiento de conocimientos, la toma de decisiones indecisa y la desmotivación del equipo debilitan el dinamismo y el compromiso organizacional. Cultura y Toma de Decisiones: La mala gestión y resistencia al cambio, el acaparamiento de conocimientos, la indecisión y la desmotivación del equipo se transforman en gestión efectiva del cambio, compartir conocimientos, toma de decisiones decisiva y motivación del equipo, impulsando así el dinamismo y el compromiso organizacional.